En este artículo queremos compartir las claves planteadas por el proyecto “Children, Young People and Flooding – recovery and resilience”, que realizó entre los años 2014 y 2016 el equipo de Lancaster, coordinador del Proyecto CUIDAR.

Este proyecto es una fuente constante de aprendizaje y de inspiración para nosotros y, consideramos que también lo puede ser para aquellas personas o equipos que trabajen con niños/as y jóvenes que viven en zonas de riesgo, concretamente en zonas de riesgo por inundaciones.

Lancaster - Flood project - niños inundaciones proyecto cuidar

El proyecto nace de las observaciones realizadas en Kingston-upon-Hull, en 2007, justo después de un episodio de graves inundaciones, donde se constató que, a pesar de experimentar problemáticas específicas, nadie prestaba demasiada atención a niños/as y jóvenes después del desastre. En este sentido, el proyecto se centra en revertir esta situación, identificando las principales ideas, conocimientos y percepciones de los niños y jóvenes afectados por las inundaciones invernales en Reino Unido de los años 2013 y 2014.

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Destacamos tres aspectos de esta investigación:

  1. Nos muestra de manera muy práctica la importancia de escuchar directamente a los afectados, en este caso niños y jóvenes. Su experiencia y conocimiento práctico les convierte en una especie de “expertos” muy valiosos para profesionales y responsables políticos encargados de planificar y responder ante el riesgo de inundaciones. Por ejemplo, nos muestran que:
    • los desastres revelan, y a menudo intensifican, vulnerabilidades pre-existentes.
    • que el nivel de resiliencia de niños y jóvenes viene mediado por la propia capacidad de resiliencia de padres y adultos que les rodean.
    • que los profesionales no siempre identifican que niños y jóvenes tienen vulnerabilidades y experiencias específicas y diferenciadas de las de los adultos.
  2. El trabajo pone de manifiesto también que la política de gestión de inundaciones del Reino Unido (prevención, preparación, respuesta, recuperación) está actualmente demasiado fragmentada. La excesiva especialización y división de responsabilidades entre departamentos gubernamentales dificulta en exceso el poder responder con eficacia a las preocupaciones y problemáticas de los niños y jóvenes. Éste es un dato además que se repite en muchos países, incluido España, como hemos puesto de manifiesto en el informe del WP2 de este mismo proyecto. Una mayor coordinación entre niveles y ámbitos de gobierno es del todo necesaria para dar respuesta a problemas tan complejos y transversales como son los desastres.
  3. El Proyecto también subraya la importancia de utilizar métodos participativos y creativos para identificar los aspectos claves de las experiencias de niños y jóvenes que han vivido desastres. En ese sentido, el uso de actividades 3D, de escultura y modelaje, de juegos con arena, resultaron muy importantes para involucrar más y mejor a niños y jóvenes, tanto individual como colectivamente. También para identificar las principales pérdidas (objetos, relaciones), experiencias y disrupciones que el desastre provocó en niños y jóvenes.

El proyecto ha generado distintos resultados, de los que en este artículo destacamos especialmente el “Manifiesto de las Inundaciones” (Flood Manifestos), un documento en el que niños y jóvenes plasman sus sugerencias y demandas a distintos agentes y profesionales, y que presentaron en The Houses of Parliament.

Si queréis saber más información acerca de este proyecto, os podéis descargar también el informe sobre los hallazgos y recomendaciones de la investigación: Niños, Jóvenes e Inundaciones: Recuperación y Resiliencia.

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Los principales puntos planteados por niños y jóvenes en el Manifiesto de las Inundaciones son: 

  1. Reconocer que las inundaciones causan pobreza, por lo que las familias desplazadas necesitan ayuda con el costo adicional de alimentos, lavado de ropa y transporte.
  2. Reconocer que las inundaciones pueden conducir a una mala salud, como las malas dietas si la gente no puede permitirse el lujo de tener alimentos saludables o no tiene los medios para prepararlos.
  3. Establecer grupos de pares en las escuelas para los niños que han sido afectados por las inundaciones puedan hablar y obtener apoyo.
  4. Las personas discapacitadas que han sufrido una inundación necesitan ayuda más especializada antes, durante y después de una inundación.
  5. Debería haber más subvenciones para ayudar a que las casas sean más resistentes y ayudar con la burocracia.
  6. Apoyar el desarrollo de iniciativas comunitarias para recoger fondos para ayudar a las personas afectadas por las inundaciones, o pueden estarlo en el futuro.
  7. Todas las familias y comunidades deben tener un plan de inundación.
  8. Las advertencias de riesgo de inundación necesitan ser más claras, para que la gente las entienda y sepa qué hacer y cuándo.
  9. La sensibilización debe hacerse utilizando diferentes medios; La información debe ser accesible para la comunidad, como lo es la referente a la seguridad contra incendios.
  10. Debe haber educación sobre inundaciones en todas las escuelas, en toda la etapa educativa, incluyendo lecciones sobre emergencias e inundaciones: cómo prepararse, entender las prioridades cuando inunda, dónde ir, supervivencia y primeros auxilios. Esta educación debe incluir “simulacros de inundación”: eventos de simulación de inundaciones como simulacros de incendio y juegos de preparación de inundaciones en línea.
  11. Los maestros necesitan formación y capacitación sobre inundaciones y cómo éstas afectan a los niños y su educación.